Parajubaea cocoides

Vista actual de la esquina del coco

Vista actual de la esquina del coco

La esquina del coco

Ibarra, también conocida como San Miguel de Ibarra, es una ciudad ecuatoriana; cabecera municipal del Cantón Ibarra y capital de la Provincia de Imbabura, así como la urbe más grande y poblada de la misma. Se localiza al norte de la región interandina del Ecuador, en la depresión del río Chota, en un valle atravesado en el este por el río Tahuando, al sureste de la laguna de Yahuarcocha, (0°21′46″N   78°07′48″O) a una altitud de 2225 m s. n. m. y con un clima templado seco de altura, La temperatura mínima oscila en los 13°C y la máxima ronda los 26°C con 18 °C en promedio. La precipitación anual ronda los 870 mm

Es conocida como «La Ciudad Blanca» por sus fachadas blancas con las que se bendijo la reconstruida ciudad en 1872 después del devastador terremoto de 1868. En el censo de 2022 tenía una población de 157.941 habitantes, lo que la convierte en la decimoquinta ciudad más poblada del país.

Luego del terremoto de 1868, García Moreno fue designado jefe civil y militar de Imbabura, llamado para restablecer el orden y la disciplina de la provincia, además por ser considerado un buen administrador de lo público.

Según datos de Francisco Villacís Giassi, autor del libro “El terremoto de Ibarra y retorno de sus habitantes”, luego del sismo que sucedió la madrugada del 16 agosto de 1868, solo quedaron en pie unas 25 casas, de las cuales solo una se conservó intacta, situada en el inicio oriental de la avenida Teodoro Gómez y José Domingo Albuja, formando un ángulo.

“Ibarra quedó destruida; las casas no pudieron soportar los remezones, debido a que el suelo y subsuelo son demasiado húmedos, con una capa freática alta. Las construcciones, en su mayoría, no tenían la adecuada cimentación y los materiales de construcción a esa época, de ciertas casas, no eran los adecuados”, refiere

“Dado a su estado de salud, García Moreno, se ve obligado a dejar la Jefatura Civil, y antes de retirarse, él en persona dispone que la traza de la nueva ciudad, se hiciera a partir de la célebre palmera de coco que había quedado en pie, y que hoy se la conoce como “La esquina del coco”, situada en la intersección de las calles Oviedo y Sucre”, detalla Villacís Giassi.

Diagrama de la ciudad de Ibarra después de su reconstrucción.

Diagrama de la ciudad de Ibarra después de su reconstrucción. Imagen de internet

Por su parte, el Archivo Histórico del Municipio de Ibarra señala que la palmera sucumbió en el año de 1962, a causa de un repentino cortocircuito de los cables eléctricos que apoyaban en lo alto de su tronco, lo que causó el destrozo de la palmera

“Finalmente en ese mismo año, el alcalde de ese entonces, José Tobar y Tobar, junto al profesor Roberto Morales Almeida, la repusieron solicitando a la Ilustre Municipalidad de Quito una excavadora para trasplantar una nueva palmera de una de las haciendas de la ciudad de Ibarra al lugar donde yacía la anterior, mereciendo así el aplauso general de la ciudadanía”, detallan.

La palmera de coco cumbi que sirvió de referencia para la reconstrucción de la ciudad

La palmera de coco cumbi que sirvió de referencia para la reconstrucción de la ciudad

Lo interesante de esta historia es que algunas personas confunden esta palmera con un cocotero (Cocos nucifera) como se puede apreciar en muchas publicaciones de internet, en especial las turísticas, y nada más lejos de la realidad.

Se trata de un hermoso ejemplar de Parajubaea cocoides, llamado localmente “coco cumbi” nativo de la zona cordillerana en Ecuador alcanzando su distribución el sur de Colombia, localidad de Pasto y el norte de Perú en la localidad de Tabaconas, departamento de Cajamarca a 1900 m snm. donde fue hallado por primera vez en el año 2010 formando una pequeña población silvestre de apenas una docena de ejemplares centenarios

P. Cocoides en Tabaconas Peru. Imagen Fernando Roca

P. Cocoides en Tabaconas Peru. Imagen Fernando Roca

Lo llamativo de la distribución de esta palmera es que no se conocían poblaciones silvestres que hayan dado origen a esta especie. La mayoría de los ejemplares conocidos son provenientes del cultivo y poco o nada del estado salvaje.

Se plantean dos posibilidades de su origen;

1.Existe la posibilidad que P. cocoides este casi extinta en estado natural y solo resten contados ejemplares en la naturaleza y

2.Podría ser que nunca existiera como especie y solo se tratara de una forma cultivada de su pariente cercano Parajubaea torallyii que crece en los valles de los Andes de Bolivia diseminadas por los Jesuitas durante la colonización y que pudieron traerla a Ecuador y Colombia.

Distribución de Parajubaea cocoides en Colombia, Ecuador y Perú.

Distribución de Parajubaea cocoides en Colombia, Ecuador y Perú. Imagen de internet

Afortunadamente, el hallazgo de la población natural en Tabaconas en 2010, da una luz de esperanza en la conservación de esta especie.

En la actualidad y debido a su escasez, el uso que se le da al coco cumbi es mayoritariamente ornamental y puede ser apreciado adornando edificios históricos y oficiales y algunas avenidas en ciudades tales como Quito e Ibarra.

Parajubaea cocoides como ornamentales en Ibarra Ecuador.

Parajubaea cocoides como ornamentales en Ibarra Ecuador. Imágenes de internet

Bibliografía consultada

­­COCO CUMBI, Parajubaea Cocoides Lucía de la Torre ( 2013) PALMAS ECUATORIANAS : BIOLOGÍA Y USO SOSTENIBLE

Galeano G. & Bernal R. 2010. Palmas de Colombia – Guía de Campo. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.

Moraes R. M. & Henderson A. 1990. The genus Parajubaea (Palmae). Brittonia 42: 92–99.

Roca-Alcázar F. 2010. Parajubaea cocoides, a new record for Peru. Palms 54: 133–136.

https://es.wikipedia.org/wiki/Ibarra_(Ecuador)

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/articulistas/1/la-esquina-del-coco-en-ibarra

1 comentario en “Parajubaea cocoides”

  1. Héctor Leonel Pérez

    Más que interesante. Ojalá hubiera más personas como José Grassia que anexaran algo de historia a las especies, tanto endémicas como naturalizadas. Un día solamente quedará lo escrito y no las especies en sí…

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