Nutrición vegetal

Nutrición de los vegetales

José Grassia  2025

Lo primero que debemos dejar claro es que los vegetales son Autótrofos, (o productores primarios) es decir que son capaces de elaborar en su interior su propia materia orgánica (su alimento) a partir de sustancias inorgánicas; por ejemplo, las plantas verdes. Muy distinto a los animales que son heterótrofos (todos los animales, casi todos los hongos, así como la mayoría de las bacterias y protozoos) que no pueden producir internamente su propio alimento y lo hacen consumiendo a los autótrofos (herbívoros) y a otros heterótrofos (carnívoros )

Los fertilizantes o abonos son nutrientes a partir de los cuales las plantas elaboran los alimentos necesarios para el crecimiento. NO son alimento o comida en sí mismos

Entonces, los vegetales necesitan energía (luz), CO2, agua y minerales para crecer. El carbono de las plantas procede del CO2 absorbido a través de las hojas. (Ciclo de Calvin).  Los cultivos absorben agua y nutrientes del suelo Los nutrientes de las plantas son los componentes del suelo. Sin nutrientes, no pueden crecer.  Los fertilizantes minerales aportan nutrientes vegetales a los cultivos. Nitrógeno, Fósforo y Potasio son los nutrientes principales y más necesarios

Los abonos minerales se producen a partir de elementos naturales, de forma que sean fácilmente asimilables por las plantas.

El nitrógeno (N) procede del aire El proceso más común en la fabricación de fertilizantes nitrogenados consiste en crear amoniaco a partir de una mezcla de nitrógeno del aire e hidrógeno del gas natural.

El fósforo (P) se obtiene de rocas insolubles de fosfato cálcico.

El potasio (K) se extrae a partir de la Potasa (carbonato potásico) y procede de antiguos acuíferos marinos y lagos formados hace millones de años.

Todos ellos están presentes en distintas proporciones en los suelos naturales y la falta de N, P o K suele provocar deficiencias en las plantas como: menor crecimiento, menor calidad y menor resistencia a la sequía y a las enfermedades.

El químico alemán Liebig, en 1843 establece lo que se llamó la “ley del mínimo” que establece que «El rendimiento de los cultivos es proporcional a la cantidad del nutriente más escaso».

Entonces, los nutrientes de las plantas tienen funciones específicas y esenciales en el metabolismo de los cultivos.   No pueden sustituirse entre sí, y la falta de uno de ellos limita el crecimiento.   Por tanto, es esencial centrarse en una nutrición equilibrada de todos los nutrientes vegetales.

Estos nutrientes, se dividen en 2 grandes grupos:

1ro:  según su aplicación al cultivo, es decir radicular, foliar o disuelto en el riego

2do:  según la procedencia.

Biofertilizantes y Bioestimuladores: contiene microorganismos vivos para la planta. Son sustancias o microorganismos que estimulan la absorción y asimilación de nutrientes, mejoran el crecimiento y productividad de las cosechas. Además, protegen al cultivo del estrés abiótico.  contienen células vivas o latentes de cepas microbianas, fijadoras de nitrógeno, hongos micorrízicos, solubilizadores de fósforo etc

Fertilizantes químicos: se obtienen de minerales y procesos químicos, conteniendo alguno de los macronutrientes esenciales para la tierra: NPK. Aumentan la producción de las cosechas y los resultados son visibles rápidamente. Su aplicación puede ser tanto a la planta como al suelo.

Fertilizantes orgánicos: el Compost se obtienen de la degradación y mineralización de residuos orgánicos de origen animal o vegetal. Permiten aprovechar los residuos orgánicos y aumentan la actividad microbiana del suelo. Por contra, si no se tratan adecuadamente pueden ser una fuente de patógenos.

Ahora bien, por “residuo” entendemos a todo material generado por la producción y el consumo, que no alcanza ningún valor económico en el lugar en que se ha producido, y que hay que recoger y tratar por razones de salud y de contaminación ambiental y por cuestiones de espacio. Podemos dividirlos en orgánicos e inorgánicos, destacándose los primeros por su alto volumen de acumulación.

Entre los diferentes métodos de tratamiento de los residuos orgánicos se destaca como una alternativa el compostaje para lograr un producto de aplicación en el mejoramiento y la fertilización de suelos.

Podemos definir entonces que el compostaje es: “la descomposición biológica y estabilización de un sustrato orgánico para producir un producto final estable, libre de patógenos y semillas, y que pueda ser aplicado al suelo de forma beneficiosa para el crecimiento de los vegetales”

Este producto final estable recibe el nombre de compost: permite el mantenimiento de la fertilidad de los suelos, así como el mejoramiento de sus características físicas y la producción de cultivos de calidad.

Tres son las formas básicas para producir compost: la natural o manual, la mecanizada o reactores y el lombricompostaje o vermicompostaje

Los sistemas de compostaje se diferencian por la forma de incorporación del aire, el control de la temperatura, la mezcla o el volteo del material, la duración del proceso y la incorporación de un animal (lombrices) como “agente compostador”. La selección del sistema depende de las necesidades, los recursos disponibles y las condiciones ambientales.

El método más simple es el sistema abierto o manual, que consiste en apilar el material en espacios aireados, el cual es amontonado en forma de pirámides alargadas. Requiere de volteos periódicos, ya sea manual o con palas mecánicas para promover la aireación. La estabilización del material, entendida como un estado estacionario en el que se alcanza el equilibrio de la actividad biológica y temperatura constante, usualmente ocurre dentro de 4 o 6 semanas.

El método mecanizado o reactores de compostaje involucra mezcladores mecánicos y sistemas cerrados de aireación. Con un mejor control sobre el mezclado, aireación y temperatura, el proceso de estabilización puede ser finalizado en un menor período de tiempo que en el anterior.

Por su parte, lombricompostaje hace referencia al proceso biotecnológico en el cual se utilizan lombrices para convertir residuos orgánicos en compost / humus. Este método de compostaje es uno de los más eficaces para mitigar y gestionar los problemas de contaminación ambiental.

El humus de lombriz es más rico en NPK, micronutrientes y microbios beneficiosos del suelo (bacterias fijadoras de nitrógeno y solubilizadoras de fosfato y actinomicetos), un excelente promotor del crecimiento y protector de las plantas de cultivo que el compost convencional

En la tabla anterior, donde se compara los principales valores de un análisis químico, de los tres productos se puede apreciar que todos dan resultados de pH levemente alcalino y una buena relación de C/N, siendo el lombricompuesto el mejor contenido de NPK.

El compostaje utilizando lombrices es más rápido que el compostaje tradicional, ya que el material pasa a través del intestino de la lombriz, por lo que los excrementos de lombriz resultantes son ricos en actividad microbiana y reguladores del crecimiento de las plantas.

Lógicamente, los resultados de contenidos de nutrientes del compost varían según sea el material que contengan los residuos a compostar. El residuo de cocina arroja un mayor contenido de potasio y si se composta estiércol el contenido de Nitrógeno y Fósforo será notablemente mayor

Este tipo de abono orgánico es utilizado mucho para cultivos hortícolas bajo cubierta plástica, los resultados obtenidos respecto a los nutrientes, y acorde a los requerimientos nutricionales de cada cultivo, podría complementarse con fertilizantes químicos nitrogenados y potásicos. Con respecto al fósforo, los compost de lombrices aportan cantidades suficientes para hortalizas. En otro tipo de cultivos se adecuará los aportes de químicos según suelos y tipo de cultivo.

En la tabla siguiente se puede apreciar la función especifica de cada nutriente y las consecuencias de su deficiencia en las plantas en general. Es de total aplicación también en las palmeras.

 

Bibliografia

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