Compuestos de cobre como fungicidas
Llego el otoño, y debemos tomar algunas precauciones con nuestra palmeras para evitar problemas generados por la proliferación de hongos, especialmente en aquellas regiones donde hay estación de lluvias intensas (por ejemplo el NEA) o en aquellas donde hay precipitaciones frecuentes acompañadas de climas frescos a fríos (Pampa húmeda . BsAs al sur.)
Es importante tener en cuenta que :
Acción sistémica significa que el producto suministrado al vegetal afecta a todo el organismo, desde las raíces a las hojas, flores, frutos etc . Es la mejor forma de tratar una planta para tener una protección completa, pero es lento y requiere concentraciones relativamente altas de productos. Por otro lado, hay que esperar a que el patógeno ingiera alguna parte del vegetal. Los productos de acción sistémica pueden ser aplicados por pulverizado o por riego, lo cual facilita el tratamiento de plantas de gran porte o demasiado frondosas donde el pulverizado es poco eficaz o muy costoso
Acción de contacto, como bien lo indica la expresión, actúa por contacto o ingestión del producto por el patógeno y también por asfixia . Es una acción directa y rápida y no requiere de grandes concentraciones, pero se lava con la lluvia y se deteriora con la luz solar. En plantas altas o de follaje abundante es difícil de llegar a todas las partes del vegetal
En función de lo anterior, las buenas practicas indican que la aplicación de un producto sistémico al comienzo de la temporada seguido de aplicaciones de productos de contacto cada 30 días durante otoño-invierno, nos daría una buena cobertura ante ataques fúngicos normales y estacionales.
Lógicamente ante la presencia de patógenos específicos como Phytophthora sp. y Fusarium sp. se deberá usar tratamientos fitosanitarios específicos para estas patologías
Les dejo un par de imágenes de productos fungicidas y sus composiciones, solo a efectos ilustrativos. Tener en cuenta que ignoro si aun están disponibles en el mercado, pero estoy seguro que hay varias marcas comerciales disponibles. incluso se consiguen a granel.
Sulfato de cobre.
Fungicida, Bactericida, fertilizante
Acción: sistémica y de contacto.
Hidróxido de cobre Fungicida, Bactericida
Acción: preventiva de contacto
CALDO BORDELES
El caldo bordelés es una combinación de sulfato de cobre y cal hidratada, inventado por los viñateros de la región de Burdeos, Francia, y conocida localmente como Bouillie Bordelaise. Este se usa principalmente para controlar hongos en jardines, viñedos, invernáculos, en general todas las infestaciones fúngicas. También es efectivo contra bacterias parásitas, y es resistente al lavado por lluvia. Si es preparado correctamente se adhiere fuertemente a la superficie de las plantas.
Los ingredientes para preparar el caldo bordelés son: Sulfato de cobre e Hidróxido de calcio (Cal apagada).
Para obtener máxima efectividad, la aspersión debe ser preparada al momento de aplicarse y mezclada de acuerdo al siguiente método. Al prepararse mal ó dejarse preparada por más de 2 a 3 horas, la aspersión pierde sus propiedades adhesivas y puede provocar daños.
INGREDIENTES:
La mezcla Bordelesa se prepara con Sulfato de Cobre e Hidróxido de Calcio (Cal apagada)
Sulfato de Cobre: debiera encontrarse en forma de polvo fino o cristales diminutos, para disolverse casi de inmediato en agua fría.
Hidróxido de Calcio (Cal apagada – hidratada): debe ser fresca y venir en envases sellados.
PREPARACIÓN: – Disuelva el Sulfato de Cobre en agua en un recipiente plástico de capacidad adecuada – Por su parte, la Cal Hidratada (apagada) se disuelve con agua en otro balde plástico, para formar un líquido lechoso. – A continuación, agregue lentamente la solución lechosa de cal a través de un colador bien fino dentro del recipiente que contiene la solución de Sulfato de Cobre.
Nunca el cobre sobre la cal. – Es importante que los ingredientes del Caldo Bordelés sean pesados correctamente. Si queda un exceso de cobre en la mezcla, existe riesgo real de provocar daño en las plantas. – Esta solución es líquida para ser pulverizada o pincelada. Si se desea aplicar como pasta, reducir las cantidades de agua
Es muy importante destacar que los problemas graves de hongos se presentan especialmente en invernaderos donde el hacinamiento de plantas y la falta de ventilación hace propicio el desarrollo de estas patologías. En consecuencia, separar las plantas y abrir los invernaderos o generar ventilación forzada adecuada, reducen estos problemas.
Por último, recordar siempre que una planta sana, bien alimentada e hidratada es resistente a casi la mayoría de las patologías. Un buen plan de riego y fertilizado es la base del cultivo sano.
PRINCIPALES AGENTES CAUSANTES DE ENFERMEDADES FÚNGICAS EN PALMERAS ORNAMENTALES
1. Especies del género Fusarium (Link ex Grey).
Según Index Fungorum (2018), las especies de este género corresponden a hongos de la familia Nectriaceae, de la División Ascomycota.
Chase y col. (1991); Chase y Broschat (1993); Ballester-Olmos (1996); Albano (2005); Hernández-Hernández y col. (2010); Rodríguez y Rodríguez (2010), indican que los agentes causales Fusarium oxysporum y F. proliferatum se han aislado de la palmera canaria (Phoenix canariensis), provocando síntomas de bandeados necróticos del raquis de las hojas y necrosamiento progresivo de los foliolos de un lado de la hoja, manteniéndose sanos en el otro, dándole una apariencia asimétrica.
La infección continúa con el marchitamiento general de las hojas a causa de la invasión vascular desde las raíces hacia la parte superior de la planta. Los síntomas se agravan cuando las condiciones medioambientales son de altas temperaturas y humedad relativa media.
Ballester-Olmos (1996) informa sobre infecciones causadas por F. oxysporum en viveros de palmera, indicando que la infección ingresa y parte por las raíces, a través de heridas ocasionadas por el manejo del cultivo (arranque o trasplante) y sube hasta llegar a las hojas más altas, alcanzando la yema terminal, dando lugar a la muerte de la palmera.
Armengol y col. (2005), reportó por primera vez a F. proliferatum afectando a la palmera mediterránea C. humilis, con síntomas similares a los causados por este patógeno en la palmera canaria. El modo de infección de este patógeno se basa en la producción de una batería de micotoxinas que necrosan tejidos vegetales, éstas son fumonisina, beauvericina, fusaproliferina, moniliformina y ácido fusárico.
2. Especies del género Ilyonectria (Chaverri y Salgado).
Según Index Fungorum (2018), las especies de este género recaen bajo la clasificación momentánea de “Incertae sedis”, que significa falta de acuerdo entre los especialistas para ubicarlos en una familia. Con certeza se sabe que son hongos de la División Ascomycota.
Aiello y col. (2014), aislaron variadas cepas patogénicas de I. palmarun provenientes de palmeras ornamentales. La sintomatología descrita por los autores fue una podredumbre basal del tallo o tronco en plantas de viveros en maceta. Los vástagos principales se doblaban con facilidad e inusualmente las plantas enfermas producían hojas por debajo de la lesión causada por el patógeno. La podredumbre de la raíz se observó ocasionalmente.
Opuestamente, Chaverri y col. (2011), indican que especies del género Ilyonectria se encuentran en el suelo y producen pudriciones radicales en variados cultivos.
3. Especies del género Pestalotiopsis (Steyaert).
Según Index Fungorum (2018), las especies de este género corresponden a hongos de la familia Pestalotiopsidaceae, de la División Ascomycota.
En palmeras ornamentales, se ha descrito la enfermedad causada por la especie P. palmarum, descrita por Chase y col. (1991); Chase y Broschat (1993); Elliott y American Phytopathological Society (2004), como una pequeña mancha de color oscuro, que con el pasar de los días (y si hay condiciones predisponentes para la infección), crecen para formar lesiones circulares de hasta 2 mm de diámetro. En la madurez de la planta, las lesiones se vuelven de un color amarillo, casi blanco, con un halo y un centro necrótico. Las lesiones pueden aparecer en el raquis y en los foliolos. La infección por P. palmarum, se encuentra restringida a la familia Arecaceae.
Rodríguez y Rodríguez (2010), indican que además de P. palmarum, las especies P. phoenicis y P. papposa también son patógenas para la familia Arecaceae. Específicamente, Khey y col. (2013), aislaron desde la palmera mediterránea C. humilis, la especie patogénica P. cruenta, desde los esporodoquios formados en el haz de las hojas.
Braithwaite y col. (2006), determinaron que especies del género Cycas, son hospederos susceptibles para P. versicolor. Para ambos casos, la sintomatología descrita corresponde a la anteriormente mencionada.
4. Especies del género Colletotrichum (Corda).
Según Index Fungorum (2018), las especies de este género corresponden a hongos de la familia Glomerellaceae, de la División Ascomycota.
Ballester-Olmos (1996); Puig y Ramoneda (2000), informan infecciones causadas por C. gloeosporioides en viveros de palmeras, donde se inicia con pequeñas manchas aceitosas o grandes lesiones necróticas redondeadas o irregulares, con halo clorótico, síntomas que van cambiando según hospedero. Pequeños puntos en el centro de las lesiones corresponden a la formación de acérvulos del hongo. Al avanzar la infección, las manchas pueden llegar a coalescer. Chase y col. (1991); Chase y Broschat (1993), agregan que, en algunas especies, la mancha necrótica se delimita por la nervadura de la hoja.
Plantas pequeñas de viveros son extremadamente susceptibles, debido a las condiciones de elevada humedad en que se producen. En campo, la mancha ocasionada por C. gloeosporioides, es fácilmente confundible con la ocasionada por Bipolaris spp., debido a la similitud de la sintomatología.
Shtereva y Mirkova (2006), informan infecciones por C. gloeosporioides, afectando a las palmeras C. humills, Phoenix dactylifera y Elaeis guineensis.
Braithwaite y col. (2006), informan infecciones por C. capsici en ornamentales tipo palmera como Yucca sp. y a C. acutatum infectando palmeras verdaderas como Archontophoenix sp. y Jubaea chilensis. 1.4.5
5. Especies del género Alternaria (Nees ex Fr).
Según Index Fungorum (2018), las especies de este género corresponden a hongos de la familia Pleosporaceae, de la División Ascomycota.
De Corato y col. (2003), describe la enfermedad afectando a C. humilis, C. excelsa y Washingtonia robusta, todas palmeras de la familia Arecaceae. La alteración se observó como un intenso color amarillento que cubría la mayoría de las hojas de la parte basal del follaje de plantas adultas. Posteriormente en las manchas cloróticas aparece un halo necrótico de color marrón-negruzco. Estas manchas se multiplican, y se distribuyen uniformemente en toda la hoja y en algunos peciolos. Las lesiones pueden ser vistas tanto por el haz como el envés de la hoja. Conforme avanza la infección, las plantas presentan síntomas de marchitamiento generalizado.
Suwannarach y col. (2015), describieron síntomas similares afectando a la especie Elaeis guineensis (Arecaceae), la palma aceitera, causados por A. longipes. Posteriormente Haldhar y col. (2017), reportaron daños causados por A. alternata en P. dactylifera.
Cabe mencionar que según Agrios (2005), los síntomas ocasionados por especies de Alternaria, corresponden a manchas necróticas con formación de halos concéntricos, lo que no es posible observar en algunas palmeras, ya que éstas son monocotiledóneas y la distribución de los haces vasculares en las hojas es paralela, por lo que la observación del síntoma común en dicotiledóneas se vislumbra, como los reportados por De Corato y col. (2003).
Rocha (2012), realizó una prospección de hongos asociados a manchas foliares en Yucca spp., en las que aisló Alternaria sp. La misma autora explica que a pesar de que esta planta produzca grandes cantidades de saponinas como mecanismo de defensa a patógenos foliares, distintas especies de Alternaria, pueden detoxificar dichos compuestos, superando esta barrera y produciendo infecciones en Yucca spp.
6. Especies del género Diaporthe (Nitschke).
Según Index Fungorum (2018), las especies de este género, corresponden a hongos de la familia Diaporthaceae, de la División Ascomycota.
Las especies de Diaporthe y su fase anamorfa Phomopsis, son endófitos y patógenos en una amplia gama de plantas, incluidas las palmeras ornamentales (Santos y Phillips, 2009). Abbas y col. (1991), informan sobre los daños ocasionados por P. phoenicicola (actual D. phoenicicola, Index Fungorum, 2018) a P. dactylifera, en los que se describe la muerte del brote terminal del tallo, ocasionando la muerte de todas las hojas de la planta.
El-Deeb y col. (2007), indican para el mismo hospedero, muerte de raíces ocasionada por Phomopsis sp. Los autores antes mencionados indican que la infección en P. dactylifera, se encuentra asociada a un complejo de hongos, en los que se encuentran especies como Fusarium sp., Gliocladium sp. y Diplodia sp., donde todos son patógenos habitantes comunes del suelo. Charchar y col. (2003), inocularon plantas de Syagrus oleracea (Arecaceae) con aislados de Diaporthe sp., obtenidos de una leguminosa, observando que en el 90% de la plantas inoculadas se presentaron síntomas asociados a la infección por este patógeno, indicando el carácter polífago del mismo.
7. Especies del género Phoma (Fr).
Según Index Fungorum (2018), las especies de este género, corresponden a hongos de la familia Didymellaceae, de la División Ascomycota.
El-Deeb y col. (2007), indican una baja frecuencia de aparición de Phoma spp. en palma datilera P. dactylifera (Arecaceae), muestreadas en Egipto, donde describe la enfermedad como manchas marrones, limitadas por la nervadura de la hoja. Solo se encontró generando infección en hojas.
Nayab y Akhtar (2016), presentan el primer reporte de P. herbarum en C. revoluta (Cycadaceae) en Pakistán, describiendo la enfermedad inicialmente como pequeñas manchas circulares (1 a 3 mm), de color marrón, con márgenes amarillos, que cubrían el 30% de la hoja. Con el pasar del tiempo, las manchas necróticas se fusionaban formando macro lesiones necróticas, angulosas al limitarse por la nervadura de la hoja.
8. Especies del género Thielaviopsis (Went).
Según Index Fungorum (2018), las especies de este género, corresponden a hongos de la familia Ceratocystidaceae, de la División Ascomycota.
La especie de T. paradoxa y su teleomorfo Ceratocystis paradoxa, son agentes causales de infecciones en las especies de Arecáceas, P. canariensis, P. dactylifera y Caña de azúcar. La sintomatología que presenta en dichas especies es similar.
Generalmente esta enfermedad es considerada poco importante debido a que sólo afecta a plantas debilitadas, en las que puede generar síntomas severos como: escaldado o quemadura de hojas, podredumbre de inflorescencias, corazón, estípite y de la yema terminal, posterior a esto la planta muere. La expresión de los síntomas suele acelerarse cuando las condiciones de elevada humedad relativa y temperatura moderada se presentan (Rodríguez y Rodríguez, 2010).
Chase y Broschat (1993), indican que la infección en las hojas parte de la base de las mismas o a lo largo de ellas, con lesiones irregulares de color marrón a negras, debido a la abundante producción de clamidosporas del hongo. Las hojas nuevas tienden a deformarse.
Garofalo y McMillan (2004), reportaron 23 especies de Arecáceas como susceptibles a T. paradoxa, indicando que los brotes enfermos se encuentran asociados a estrés ambiental y con el daño mecánico del tronco, siendo las heridas su principal vía de ingreso a la planta.
Bibliografia
PRINCIPALES AGENTES CAUSANTES DE ENFERMEDADES FÚNGICAS EN PALMERAS ORNAMENTALES Dr. Beluzan Flores, Francisco Javier. 2018. UNIVERSITAD POLITÈCNICA DE VALÈNCIA. ESPAÑA