Cultivo de Palmeras II

El Ph del suelo. En la practica diaria Apunte II

por Jose Grassia 2014

A la hora de plantar o sembrar cualquier vegetal en nuestro jardín o contenedores para nuestra casa, uno de las cuestiones más importantes es saber las características del suelo o sustrato que utilizaremos.

Un suelo es una mezcla espontanea formada por la naturaleza a la que le lleva miles de años formarlo. Tal es el caso de la tierra que encontramos en nuestro jardín, que puede estar, o no, modificado por rellenos, construcciones y/o escombros

Un sustrato es una mezcla artificial que utiliza elementos naturales o no, para lograr un desarrollo adecuado de las plantas. Estos sustratos son los que normalmente son usados en las macetas y contenedores, aunque también pueden ser utilizados como enmienda para mejorar los suelos naturales del jardín.

Sin embargo, nos falta una cosa, analizar el suelo. Sabremos así qué carencias vamos a tener en función de los valores que salga, qué podemos plantar y cómo cambiarlo, en el caso de que tengamos que hacerlo.

Para ello recurriremos a métodos prácticos y simples, fáciles de realizar en nuestro hogar y sin conocimientos técnicos previos.

Lógicamente, los resultados que obtendremos de estos procedimientos caseros no darán cifras con decimales ni conoceremos con mucha precisión el valor de pH en el que se mueve nuestro suelo. Sin embargo, tampoco es necesario ya que un valor aproximado es suficiente para nuestras necesidades domésticas.

Para el caso diremos que un Ph normal es entre 6 y 7,5, aunque dependerá del uso que queramos darle. Por ejemplo, el arándano necesita un valor de 5 para crecer de forma óptima.

Una alternativa viable es adquirir un medidor de Ph electrónico (Phmetro), que actualmente es fácil de encontrar y más económico de lo pensado.

Medidor de Ph y temperaturas con sonda de penetracion

Materiales necesarios para medir el pH de forma casera

  1. Tiras de pH (se encuentran en hipermercados, ferreterías, productos para piscinas, etc).
  2. Agua destilada. (se pueden conseguir en gasolineras y repuestos de automotores)
  3. Pala o azada y recipiente plástico o de vidrio adecuadamente lavado y desinfectado

Las tiras de pH se suelen vender para medir el pH de las piscinas, aunque son igualmente válidas para medir el suelo, si se sabe cómo hacerlo. Llevan unos colores al que le corresponde un número, que va del 1 al 14.  Cuando las introducimos en la disolución que queremos medir, cogerá un color. Luego es cuestión de comparar con la tabla que viene en la caja. Muy simple.

El agua destilada tiene una razón, tiene pH 7, neutro. Si añadiésemos agua corriente o de otra fuente estamos desvirtuando la medición.

Podríamos estar mezclando la tierra de pH, por ejemplo, 6 con agua corriente de pH 8 y nos daría un resultado en torno al neutro, pero realmente no es así.

Tiras para medir Ph por comparacion de colores

La tarea más importante, la muestra de suelo

En caso de tratarse del suelo de nuestro jardín, no sirve tomar una muestra arbitraria de tierra, sino que debemos contar con una muestra que sea representativa de la mayor parte de nuestro suelo

Para ello podemos elegir una de los tres procedimientos siguientes: zig-zag, cuadrícula o diagonales. Personalmente preferimos cuadrícula.

Suponte que queremos saber el pH de un huerto, que tiene 20 m2. Podemos dividirlo en 20 partes iguales, a razón de 1 m2 cada uno, o incluso dividir de 2 m2, para hacer más liviano el trabajo.

Si vamos a cultivar verduras, es decir, herbáceas, lo ideal es que las muestras sean tomadas a una profundidad de entre 10 y 45 cm. Si vamos a tomar, por ejemplo, 10 muestras, sacaremos una a 10 cm de profundidad, otra a 20 cm, otra a 30 cm, otra a 40 cm y así, de forma aleatoria.

Si vamos a cultivar frutales, ornamentales o palmeras al profundizar más las raíces, tendremos que muestrear más abajo, obteniendo muestras a una profundidad entre 40 y 80 cm.

Una vez recogidas las muestras, las mezclamos de forma homogénea (la misma cantidad de cada sub muestra) y la introducimos en un recipiente. A continuación, añadimos agua destilada a la mezcla.

En algunos protocolos de actuación recomiendan mezclar partes iguales de tierra y agua destilada (1:1). Es decir, si ponemos 1Kgr de sustrato, agregamos 1 litro de agua destilada.

Todo dependerá de cómo quede de pastosa la mezcla y si hace falta, añadir más agua destilada para que se pueda medir con la tira de pH.

Removemos la mezcla de tierra y agua destilada hasta formar una pasta y la dejamos reposar durante un par de horas. Después simplemente quedará introducir la tira reactiva procurando sumergirla en el agua superficial, observar el color que toma y comparar con la escala de colores

 En este ejemplo vemos como la tira de pH, una vez sumergida tiene un pH que está entre 9 y 10. Más tirando para el 10 que para el 9.

Lógicamente no creemos que se trate de una mezcla de suelo real, pero con esto ya conoceríamos un valor medio de pH en el que nos movemos. Una técnica muy sencilla de realizar y muy eficaz.

Conociendo dicho valor, ya podremos ver qué plantas utilizar en el huerto, qué carencias serán las que seguramente aparecerán y cómo proceder para equilibrar el valor si tenemos un suelo muy alcalino o muy ácido.

Si vamos a utilizar un sustrato para plantas en macetas, ya sea comercial o preparado por nosotros mismos, podemos tomar media docenas de muestras de distintas partes de la bolsa de sustrato y seguir el procedimiento descrito anteriormente

¿Qué hacer si los valores son muy altos o muy bajos?

Lo ideal es realizar otro muestreo, esta vez tomando mayor cantidad de nuevas nuestras y cambiando de forma aleatoria el procedimiento.

Es decir, hacerlo en diagonal o en zig zag. Si vuelve a aparecer un resultado muy parecido, seguramente no nos estemos equivocando.

Si los valores resultan extremos, podríamos solicitar un análisis riguroso en laboratorio, aunque eso dependerá de nuestro presupuesto y si realmente se justifica ese gasto.

Cómo cambiar el pH del suelo

Tener un suelo muy básico (alcalino) o muy ácido en nuestro jardín es un grave problema. Si no lo corregimos veremos secarse la mayoría de las plantas sin razón aparente alguna y tendremos dolores de cabeza, fracasos y frustraciones que no nos permitirán cultivar las especies deseadas, conformándonos con aquellas que realmente soporten crecer con esos valores de Ph del suelo.

Un suelo básico o alcalino tiene el pH elevado. Recordemos que mayor de 7 en el valor de pH se consideraría suelo básico.

Esta estructura de pH elevado (por encima de 8,5) otorga al suelo una baja capacidad de infiltración, una estructura pobre y una lenta permeabilidad, que se resumirá en suelos encharcados.

En este tipo de terrenos se suelen presentar las deficiencias de Hierro, Zinc, Cobre y Manganeso.

Un suelo ácido será aquel cuyo pH presente valores inferiores a 7.  Cuando la naturaleza de nuestro terreno es ácida se pueden presentar deficiencias minerales tales como Fósforo, Calcio, Magnesio, Molibdeno y Boro

La capacidad tampón del suelo es impresionante. Esto quiere decir que se necesitan cantidades ingentes de compuestos minerales para corregir un poco el valor. Esto se reduce a costes económicos importantes, dependiendo de la superficie de nuestro jardín. Sólo se recomienda realizar estas actuaciones cuando se tienen valores de pH del suelo insostenibles, muy básicos o muy ácidos, donde se dificulta enormemente el desarrollo de las plantas.

En un suelo de acides elevada, podemos utilizar 2 elementos para realizar una corrección de pH. Por un lado, estaría la cal viva y por otro, la caliza. Según el producto se utilizan distintas cantidades por lo que vamos a ponerlo de forma separada.

Kg/ha cal viva para corregir el pH

  • Suelo arcilloso: 2000 kg/ha (ph 4,5  a 5,5) y 2.400 kg/ha (pH 5,5 a 6,5)
  • Suelo limoso: 1.600 kg/ha (pH 4,5 a 5,5) y 2.100 kg/ha (pH 5,5 a 6,5)
  • Suelo franco:  1.100 kg/ha (pH 4,5 a 5,5) y 1.700 kg/ha (pH 5,5 a 6,5)
  • Suelo arenoso: 850 kg/ha (pH 4,5 a 5,5) y 1.250 kg/ha (pH 5,5 a 6,5)

Kg/ha de caliza para corregir el pH

  • Suelo arcilloso: 3.500 kg/ha (ph 4,5  a 5,5) y 4.250 kg/ha (pH 5,5 a 6,5)
  • Suelo limoso: 2.750 kg/ha (pH 4,5 a 5,5) y 3.750 kg/ha (pH 5,5 a 6,5)
  • Suelo franco:  2.000 kg/ha (pH 4,5 a 5,5) y 3.000 kg/ha (pH 5,5 a 6,5)
  • Suelo arenoso: 1.500 kg/ha (pH 4,5 a 5,5) y 2.250 kg/ha (pH 5,5 a 6,5)

Estos valores son el resultado de elevar el pH a los valores aportados, para una profundidad de suelo de 15 cm y en una hectárea de cultivo. Se recomienda no subir por encima de 6,5 y hacerlo escalonadamente:

Para realizar estas aplicaciones tendremos que aprovechar que el suelo no tenga cultivos. En general, hay dos épocas bien definidas: otoño y primavera.

En el caso de que se decida añadir cal a la tierra en primavera se deberá dejar un margen de 1 mes como mínimo entre la cal y la siembra de los cultivos.

Para un suelo alcalino los elementos acidificantes y las cantidades necesarias serían las siguientes:

Uso de azufre

Cuando añadimos azufre al suelo, éste se oxida de forma lenta a ácido sulfúrico. Se suele utilizar mucho debido a su reducido precio. Cantidades de 0,5-1 kg de azufre por metro cuadrado consigue reducir el pH,  que se irá midiendo hasta obtener el valor deseado.

Su efecto es lento, así que cada medio año iremos comprobando la acidez del suelo para comprobar si tenemos que añadir azufre de nuevo.

Sulfato de hierro

Este compuesto consigue acidificar el suelo de forma más rápida que el azufre. Se aplica mediante agua de riego y en cantidades de 2-4 gramos de sulfato de hierro por litro de agua.

La dosis concreta para bajar el pH 1 grado es de 4 gramos por L de agua, aunque lo recomendable es aplicarlo en cantidades fraccionadas, para bajar poco a poco el pH del suelo.

Materia orgánica ácida

 La materia orgánica es rica en componentes que acidifican el suelo. En el caso de la tierra rubia, por ejemplo, tiene un pH de 3,5 (muy ácido).

Normalmente, por el bajo precio, se usa estiércol común, en cantidades de 1 a 3  kg/m2. Cantidades muy grandes pero que también aportarán nutrientes a los cultivos. Se recomienda que el estiércol esté debidamente reposado y seco antes de aportarlo como enmienda del Ph

Luego de hacer una corrección de Ph del suelo o sustrato, es conveniente hacer otra medición de Ph para verificar que los valores obtenidos sean adecuados y convenientes para nuestro cultivo.

Bibliografia

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